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Cultura Financiera

Hace poco nos escribió un amigo para preguntarnos si él y su esposa deberían vender su casa para poder salir de todas las deudas que tenían. Debían el equivalente al precio de toda la casa. Él me dijo: Desafortunadamente, no vamos a poder recuperar la casa por las situaciones del mercado.

Hay algunas cosas muy importantes que necesitamos considerar antes de tomar la decisión de vender una casa.

Una regla básica se encuentra en proverbios 3:27 que dice: “No niegues un favor a quien te lo pida, si en tu mano está el otorgarlo”. Si usted no puede pagar sus cuentas en forma regular y tiene algo que puede pagar esas cuentas, Dios pide que usted tome esas cosas y entonces pague sus votos. Sin embargo, antes de pagar esas deudas con la venta de una casa, usted debe considerar algunas cosas.

Primeramente, debe considerar que si vende su casa para salir de sus deudas, la mayoría de las veces, usted no va a solucionar el problema de fondo, sólo va a tratar con el síntoma. Esto lo sacará temporalmente de las deudas, pero como consecuencia natural usted regresará a ellas, y para colmo, ahora no tendrá casa.

En primer lugar, usted necesita hacer un presupuesto, para saber exactamente cuál es la razón por la que están metidos en tantas deudas.

En segundo lugar, necesita tener un plan de control de gastos para asegurarse el control de los gastos familiares y que no va a volver a caer en deuda. Si usted tiene tarjeta de crédito, debería cortarla por la mitad, tirarla a la basura y no pedirle al banco que le envíe una de reemplazo.
Usted precisa deshacerse de todas aquellas cosas que lo están llevando a violar el presupuesto familiar. Si usted no lo hace y no controla sus gastos, estará en un serio peligro. Cuando usted haya aprendido a controlar sus gastos, entonces, sí será lógico vender la casa y pagar todas sus deudas. Claro que va a ser difícil comprar otra casa, pero Dios sabe de que cosas tiene necesidad. Confíe en Él, y Él proveerá.

Recuerdo una pareja joven que aconsejamos hace un tiempo atrás y que estaban sumidos en deudas. La única fuente de dinero disponible para pagar las deudas era, justamente, su casa. Así que juntos preparamos un presupuesto para los siguientes seis meses, al final de ese tiempo ya habían aprendido a controlar sus gastos. Entonces, desechando las tarjetas de crédito, vendieron la casa, pagaron las deudas y se mudaron a un pequeño departamento, que alquilaron a un precio mucho más barato de lo que estaban pagando por el precio de la casa.

Como consecuencia, comenzaron a ahorrar regularmente y por un tiempo estuvieron bien ajustados, pero una persona de la iglesia supo que habían vendido la casa y les proveyó de otra casa para alquilar a un precio muy barato. Después de alquilar esa casa por tres años, esta persona cristiana luego de orar por el asunto concluyó que, Dios quería que esta parejita joven tuviera su propia casa. Así que, tomó la mitad de toda la renta que se le había pagado por la casa, la puso como anticipo y entonces les proveyó de una casa nueva para ellos. Al final de cuentas, terminaron con una mejor casa que la que tenían al comienzo, con menos deudas y totalmente sanos financieramente.

El Dios a quien nosotros servimos, entiende exactamente cuáles son nuestras necesidades. Si tan solo nos sometemos nosotros mismos a Él, Él proveerá para todo lo que necesitamos.

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