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Cultura Financiera

A todos nos gustaría recibir una herencia. Sin embargo, dejar una herencia para nuestros hijos o para nuestros nietos no es tan fácil, implica disciplina para el ahorro, trabajo y sabiduría en el uso del dinero.

El rey Salomón dijo: “La casa y el dinero se heredan de los padres”. Pensar en dejar algo a las nuevas generaciones es una gran responsabilidad.

Por supuesto, no sólo se heredan cosas materiales. La herencia incluye desde cuestiones genéticas, en las cuales no intervenimos; hasta valores, convicciones, tradiciones y disciplina. La herencia material, es un ejemplo práctico de disciplina y esfuerzo por parte de los padres, pero es mejor si va acompañado del amor y el buen ejemplo que un padre da a su hijo.

La herencia es un reflejo del amor que los padres dan a sus hijos, cuando ya no están con ellos. Un amigo me dijo: “Mi abuela me dejó de herencia una cantidad de dinero con la que pude terminar de pagar la universidad”. ¡Qué magnífico ejemplo! La herencia de la abuela ayudó a cumplir los sueños del nieto.

Hay un versículo de la palabra de Dios, en Segunda de Corintios capítulo 12 verso 14, que dice: “No deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos”. Es nuestra responsabilidad el atesorar una herencia para nuestros hijos.

El libro de Proverbios, capítulo 13, verso 22 agrega: “El hombre bueno dejará como herederos a los hijos de sus hijos”. Entonces, el hombre justo no solamente deja herencia para sus hijos, sino también para sus nietos. Es muy importante que quienes tenemos hijos y nietos lo vayamos pensando.

Hay dos cosas muy importantes que debemos tener en cuenta: Primero, no podemos gastar todos los recursos que tenemos en nosotros mismos. Segundo, debemos encontrar la manera más efectiva y menos costosa de traspasar los bienes a la siguiente generación. Esto implica planear con tiempo y también asesorarse con buenos consejeros.
Finalmente, Dios nos da el ejemplo a todos nosotros porque las Escrituras dicen que somos coherederos con Cristo y San Pablo nos da garantía de esto diciendo: “Cuando oyeron el mensaje de la verdad,… y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios”. La herencia es una seguridad para el futuro. Así que Dios mismo nos da ejemplo para que sigamos sus pasos. Él nos hace herederos con Jesús, de la vida eterna y de los bienes que nos tiene guardados en el cielo.

Entonces, la herencia económica es un ejemplo de disciplina y esfuerzo, una provisión que los padres debemos pensar en dejar a nuestros hijos. Es un reflejo de nuestro amor. Les ayuda a cumplir sus sueños. Es una seguridad para el futuro. Dios mismo nos deja ejemplo de ello.

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