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Cultura Financiera

En el libro de Hebreos encontramos una definición empleada por más de mil de años que explica la fe. «La fe es confiar totalmente en Dios». Lo que significa confiar en Él cuando las cosas no se pueden ver o cuando uno mismo las podría manipular para que ocurrieran.

Casi a ciencia cierta podemos decir que la mayoría de nosotros quisiéramos ejercer este tipo de fe, pero el mundo que nos rodea nos empuja cada vez más lejos de ello. Por ejemplo, financieramente hablando, nos dejamos llevar por engaños como: «Si no tienes el dinero para lo que quieres, pide prestado y sácalo a crédito, ¿por qué esperar si lo puedes tener ahora?».

La Biblia nos enseña que debemos aprender a estar contentos en el lugar que Dios nos colocó. Más que eso, debemos enfocarnos en vivir una vida que lo glorifique a Él. Hebreos 12:1 dice: «Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante» Sin embargo, este consejo lo hacemos a un lado al seguir el ejemplo de la sociedad de consumo. La que nos dice que “más grande”, “más rápido”, “más nuevo”, “más…” es mucho mejor y más fácil que lo que Dios nos enseña.

La generación de hoy ignora los principios instituidos por Dios para el manejo de las finanzas. Necesitamos una guía clara de la Biblia, no diluida ni manipulada por malas intenciones. Además, de acuerdo con libro de Santiago, los cristianos somos la evidencia parlante y andante de la verdad que la Biblia declara ante un mundo perdido.

Nuestra vida espiritual se refleja en la forma en que manejamos nuestras finanzas. Porque, como decía el mentor del fundador de Cultura Financiera, «la forma en la que manejamos nuestro dinero es una expresión externa de una condición espiritual interna». Piensa cuánta enseñanza has recibido en cuanto al manejo del dinero. En específico, recuerda toda la que se basara en los principios de Dios. Seguramente, tu respuesta será «no he recibido casi nada de ese tipo». ¿La razón? Que estos principios no se enseñan en los círculos religiosos.

A continuación, te compartimos algunos principios bíblicos que sobre el tema. En Números 30:2 se enseña lo siguiente: «cuando un hombre haga un voto al Señor, o bajo juramento haga un compromiso, no deberá faltar a su palabra, sino que cumplirá con todo lo prometido». Es válido solicitar un préstamo, pero debemos hacerlo con moderación y cautela. Además, es indiscutible pagar la totalidad de la deuda en todos los casos.

Proverbios 3:27-28 dice: «No niegues un favor a quien te lo pida, si en tu mano está el otorgarlo. Nunca digas a tu prójimo: “Vuelve más tarde; te ayudaré mañana”, si hoy tienes con qué ayudarlo». Este pasaje quiere decir que debemos aprender a compartir. Los cristianos deben proveer para cada necesidad legítima dentro de su grupo, lo que incluye: fondo para enfermedad, desempleo, vejez, viudas, huérfanos, etc.

¿Cuántas personas necesitadas dentro de tu iglesia hay, que podrían recibir ayuda de los feligreses? Quizás pienses que para eso está el gobierno, pero ahora sabemos que nosotros también podemos aportar. No caigas en el consumismo, administra tus finanzas a la manera de Dios.

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