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Cultura Financiera

Sin lugar a duda, el mejor maestro en la vida es la experiencia. Sin embargo, eso no impide que desarrollemos principios y procesos para maximizar las probabilidades de que tomemos decisiones correctas. No necesitamos esperar que los golpes y los errores sean nuestros únicos maestros.

¿CUÁL ES EL GRAN PROBLEMA CON LA TOMA DE DECISIONES?
El gran problema es que a medida que creces en tu responsabilidad, la toma de decisiones deja de ser un blanco o negro, y se convierten en un gris.

Inicialmente las decisiones son algo sencillo: blanco o negro. ¿Hago el bien o el mal? ¿Llego a la hora a mi oficina o me quedo durmiendo? ¿Trabajo duro y cumplo con mi responsabilidad o pierdo el tiempo? ¿Me alimento sanamente o me lleno de comida chatarra? En este caso, las decisiones son sencillas. Que las acatemos o no es otra cosa. Pero sabemos cuál es la decisión que debemos tomar.
Pero ¿Qué pasa cuando tienes que tomar una decisión de negocios y no tienes toda la información? ¿O cuando ambas opciones tienen aspectos positivos y negativos? ¿O cuando debes romper tus valores o principios temporalmente por un bien común en el largo plazo? O… cuando no puedes predecir el futuro.

En este momento las decisiones ya no son blanco o negro. Las decisiones se convierten en una apuesta, impredecibles, y grises.

Por eso hoy quiero llevarte por el proceso que yo utilizo para maximizar la probabilidad de que tomaré la decisión correcta. No es garantizado, pero si al final, tomas la decisión incorrecta, por lo menos tendrás la paz de que no había otra opción u otro razonamiento posible y, en consecuencia, hiciste lo correcto.

PASO 1 – ESCOGE LA DECISIÓN.
Este es el punto donde necesitas escoger la decisión claramente y sin grises. Muchas veces le damos largas a escoger la decisión y, en consecuencia, no podemos arrancar el proceso de razonamiento porque nuestra mente continúa estancada en los múltiples escenarios.
Entonces, escoge la decisión que crees correcta para el momento.

PASO 2 – DESCOMPOSICIÓN DE LA DECISIÓN BAJO EL LENTE “TODO SALE PERFECTO”.
En este paso debes crear una película o proceso donde claramente te paseas por el escenario que todo sale perfecto.
Supongamos que decides hacer un MBA. Entonces necesitas pasar por el escenario de que consigues el dinero, te registras, pasas el examen, todo sale de maravilla durante la maestría, te gradúas con éxito, consigues un trabajo que te paga lo suficiente para pagar el préstamo estudiantil y finalmente sales de la deuda.
Es importante pasar por el proceso detallado del éxito porque te permitirá confirmar si tu decisión tiene opción de éxito o no.
Muchas veces al hacer este paso nos damos cuenta de que es probabilísticamente imposible lograr nuestros objetivos. Eso nos permite descartar la decisión desde el inicio.
Si, por el contrario, es probable que tengas éxito, entonces ya tienes claro cual es el camino que necesitas caminar paso a paso para lograrlo.

PASO 3 – DESCOMPOSICIÓN DE LA DECISIÓN BAJO EL LENTE “TODO SALE MAL”.
Luego que tienes claro el camino al éxito, necesitas dibujar el camino del fracaso. ¿Qué pasa si todo sale mal? En el caso del MBA, ¿Qué pasa si no consigues el préstamo? ¿Qué pasa si no pasas el examen de ingreso? ¿Qué pasa si sales de la universidad y no consigues trabajo?
La mejor manera de caminar por este escenario es conversando con personas que están en desacuerdo con tu decisión. Por ejemplo, si le planteo a la Junta Directiva de mi empresa una decisión que pienso tomar como CEO, voy a tener adeptos y contrarios. La mejor manera es correr esta pregunta con los contrarios. Es muy probable que me abran la mente a posibilidades que no había considerado al tomar la decisión.
Este proceso tiene dos objetivos: a) Abrir tu mente a posibilidades y b) Crear planes alternativos de acción.
Si te das cuenta de que es probable que ciertos escenarios negativos sucedan, lo mejor que puedes hacer es crear planes alternativos o de emergencia: si sucede “a” entonces ejecutaremos “c”, o vamos a tener un préstamo en un banco de forma tentativa en caso de que suceda “b” o vamos a levantar los inventarios en un 20% en caso de suceda “d”, etc.

PASO 4 – HAZTE LA PREGUNTA ¿QUÉ NO ESTOY VIENDO?
Esta pregunta te lleva a un proceso de reflexión personal. Puede ser que la hayas respondido exitosamente en el paso anterior o que igual necesites dedicar un tiempo a forzar tu mente en pensar qué se está escapando de tu mente.
Si lanzas un producto al mercado ¿Cómo reaccionará la competencia? ¿Qué pasa si bajan los precios y te dejan fuera de consideración? Si yo bajo los precios ¿Qué pasa si la competencia me sigue y entramos en una guerra de precios? ¿Qué pasa si no me sigue? ¿Qué pasa si la economía se estanca? ¿Qué pasa si uno de mis proveedores se va a la bancarrota?
¿QUÉ NO ESTOY VIENDO? Ésta es la pregunta.

PASO 5 – FILTRA TU DECISIÓN A TRAVÉS DE “LAS 4 TRAMPAS”.
Hace un tiempo escribí un artículo llamado “4 trampas que te llevan a tomar malas decisiones”. No me voy a extender mucho en este artículo pero si quiero mencionar las 4 trampas:
Selección limitada: Pensamiento binario. Selección en la misma categoría.
Auto confirmación de creencias: Sólo buscas información que confirma tu manera de pensar.
Emociones al corto plazo: basas tu decisión en una emoción que surgió rápidamente.
Confianza extrema: Estás completamente convencido que el camino que escogiste en el paso 2 es el camino que va a suceder. No tienes tensión dentro de ti.

PASO 6 – DEFINE LA ESTRATEGIA DE SALIDA.
Constantemente escuchamos historias inspiradoras sobre conquistadores que quemaron sus barcos para vencer y emprendedores que dieron saltos al vacío sosteniéndose sólo en su creencia. Sí existe un pequeño grupo de personas que logran sus objetivos de esa manera, pero la realidad es que esto no funciona para la mayoría.

A medida que he leído biografías sobre personajes importantes como Winston Churchill, Richard Branson y otros, he llegado a la conclusión que siempre tienen una estrategia de salida.
Una estrategia de salida es básicamente tomar una decisión de cuando dejarás atrás la decisión y cómo te protegerás si algo malo sucede.

Ejemplos de estrategias de salida son:
Asegurarte que puedes devolver el inventario no vendido a tu proveedor.
Poder cancelar el contrato de alquiler de un local, tienda, planta, etc. de ser necesario.
Comenzar a buscar un empleo en la fecha X si las ventas de tu negocio no cubren los costos de operación.

Emigrar a otro país sin vender las cosas que tienes en tu país de origen en caso de que necesites regresar.

Aunque quemar los barcos y lanzarte en la aventura de tu vida suene romántico y te llene de energía, lo mejor que puedes hacer es definir claramente cuál es tu estrategia de salida y ejecutarla
de ser necesario.
Este proceso de 6 pasos lo he ido diseñando basado en mi experiencia, experiencias de otros, libros, etc. Espero te sea útil para el momento que necesites tomar una de esas decisiones difíciles, y que, al pasar por el proceso, sientas la paz de que sea lo que sea, hiciste todo lo que pudiste hacer para asegurarte en escoger el camino correcto.

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