Para hacer un plan de gastos hay que identificar, por lo menos, las cinco categorías relacionadas con el gasto del dinero, estas son: ofrendas, impuestos, necesidades, ahorro y pago de deudas.
Le ofrendamos al Señor. Le pagamos impuestos al gobierno. Gastamos dinero para atender nuestras necesidades básicas como alimento, vestido, vivienda y transporte. También podemos ahorrar dinero para necesidades futuras. Y si tenemos deudas o hemos pedido fiado, empleamos dinero en devolver lo que nos prestaron.
Para hacer un buen plan de gastos hay que identificar estas cinco categorías. Para hacerlo, lo podemos lograr con recibos en mano. Después de 30 días de guardar recibos de todo lo que gasta, sume con cuidado cuánto está gastando mensualmente en las últimas tres categorías: alimento, vestido, vivienda, transporte, ahorros, deudas, gastos varios, y esto le dará el total de gastos.
¿Cuánto gasta en alimento, vestido, vivienda y transporte? ¿Cuánto está colocando en ahorros debajo de su colchón? ¿Está haciendo pagos por algo que compró o está devolviendo alguna deuda? Sume también los “gastos misceláneos o gastos varios” y eso le mostrará a dónde se le va el dinero mes tras mes. Hay mucha gente que se sorprende al descubrir que está gastando más de lo que gana. Si este es su caso, decida cómo puede hacer que aumenten sus ingresos, o haga algo para disminuir sus gastos, para que pueda ahorrar algo de dinero.
Posteriormente, acostúmbrese a guardar un registro de sus ingresos y gastos, para poder ver si está cumpliendo con su plan de gastos. Recuerde que usar un plan de control de gastos le ayudará a ser mejor administrador de las propiedades que el Señor le ha confiado.
Si los gastos exceden a los ingresos, seguramente vamos a caer en deudas. Las deudas están aumentando rápidamente en muchos de nuestros países de Latinoamérica. Las deudas son dinero que una persona toma prestado de otra, y que está obligada a devolver. Puede tratarse de dinero que se le debe a un negocio, a las tarjetas de crédito, préstamos bancarios, hipotecas, o préstamos de familiares y amigos.
¿Qué dice el Señor sobre las deudas? La Biblia no dice que pedir prestado sea pecado, si así lo fuera, Dios nunca le hubiera permitido al pueblo de Israel prestarse el uno al otro como lo describe en Deuteronomio 15. Sin embargo, no lo recomienda. Romanos capítulo 13, verso 8, dice: “No debáis nada a nadie, a no ser el amaros unos a otros”. En Proverbios 22:7 aprendemos por qué nuestro Señor no nos recomienda tener deudas: “El rico domina a los pobres, y el que toma prestado es esclavo del que presta”. Si incurrimos en deudas nos situamos en una posición de servidumbre con nuestro acreedor y no tenemos la misma libertad para ser siervos de Jesucristo.
Proverbios 22:26 y 27, dice: “Nunca te hagas responsable de las deudas de otra persona, pues si no tienes con qué pagar, hasta la cama te quitarán.”. La enseñanza de este pasaje es que nunca deberíamos comprometernos, si no tuviésemos una forma segura de pagar. En términos técnicos, nuestro “activo” siempre debe ser mayor que nuestro “pasivo”, o bien, cada vez que tomamos un compromiso debe haber una garantía que avale el 100% del préstamo para que, de esa manera, si no tenemos dinero para pagar, la garantía salde nuestra cuenta.
Si sus gastos son mayores a sus ingresos, hoy mismo dé un paso hacia la sanidad financiera haciendo un plan de gastos. Si no sabe cómo, consulte la guía en nuestro sitio web.