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Cultura Financiera

Para alcanzar la prosperidad integral es imperativo tener un plan de control de gastos. Tener un plan a corto plazo y hacer un plan a largo plazo, basando nuestras decisiones en las metas que queremos lograr.

Jack Canfield, coautor de la serie de historias cortas llamadas “Sopa de pollo”, cuenta que en sus talleres de superación personal hace un ejercicio en el que pregunta: “¿Quién quiere tener más dinero?” Sin lugar a duda mucha gente levanta la mano. Entonces, toma un billete de un dólar y pregunta: “¿Quién quiere tener este dólar?” Generalmente pasa una persona a recoger el dólar y cuando pasa le pregunta: “¿Estás satisfecho con este dólar?” A lo que muchas veces le responden: “No”. Entonces saca otro dólar y se lo da, y vuelve a preguntar: “¿Ahora, estás satisfecho?” La respuesta vuelve a ser un rotundo ¡No!

Este ejercicio -dice Jack Canfield- lo puedo seguir haciendo durante toda la noche y no creo que llegaremos al punto de que esta persona esté satisfecha. Si no planeamos y hacemos planes con metas fijas, nunca estaremos satisfechos. Por eso decimos que planear a largo plazo no es una carrera de cien metros llanos, es una maratón de cinco kilómetros y con obstáculos.

Es importante fijar la mirada en las metas que tenemos por delante, y al mismo tiempo, convertir esas metas en el límite máximo de nuestro crecimiento económico para poder parar en algún momento determinado. Antes de tomar decisiones con respecto a las metas que se ha puesto por delante, evalúe realísticamente si esas metas son apropiadas. ¿Estará usted poniendo demasiada energía y recursos económicos en un asunto que quizá no requiere un nivel tan alto de inversión?
Déjeme poner como ejemplo la educación de nuestros hijos: En nuestros países creemos que debemos educarlos, lo cual es bueno, pero no todo el mundo tiene que ser un doctor o un abogado. Debemos reconocer las aptitudes que ellos tienen y desarrollar el talento que Dios les ha dado; cumplir el plan de Dios y no el nuestro en sus vidas, para lo cual no siempre es necesario tener un título universitario. Planifique las metas educacionales para sus hijos con una actitud balanceada, mirando realmente sus aptitudes y caracteres.

En segundo lugar, invierta con inteligencia y precaución: ¿Qué prefiere: que le dé un dólar hoy o que se lo dé mañana? Probablemente prefiere tenerlo hoy. Pero, ¿qué diría si ofrezco darle un dólar y veinticinco centavos mañana en vez de un dólar el día de hoy? Usted tiene que decidir. ¿Prefiere esperar hasta mañana y tener veinticinco por ciento más capital, o prefiere tener el dinero hoy? Esa es la forma en que funcionan las inversiones en el mercado.

De acuerdo con un estudio realizado en la bolsa de valores norteamericana, se estima que las inversiones hechas en la bolsa duplican el capital cada siete años aproximadamente.

Para poder invertir, el primer paso es ahorrar. Es importantísimo que ahorre con regularidad, aunque sea unos pocos pesos cada mes. También es importante obtener un buen margen de ganancia. Uno o dos puntos en la tasa de interés pueden marcar una gran diferencia a través de los años.

En síntesis, a la hora de planear a largo plazo evalúe sus metas, asegúrese que sean apropiadas y alcanzables, colóquelas también como límites y empiece a ahorrar e invertir con paciencia para el futuro.

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